domingo, 15 de noviembre de 2009

Honduras: El Presidente Zelaya desenmascara a Obama


El depuesto mandatario Manuel Zelaya Rosales aseguró anoche en una carta enviada al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que a partir de la fecha cualquiera que fuere el caso, él no acepta ningún acuerdo de retorno a la Presidencia de la República para encubrir el golpe de Estado que lo derrocó el 28 de junio anterior.

En uno de sus párrafos dice:

Sr. Presidente
En la Cumbre de Países del Continente Americano celebrada en Trinidad y Tobago a principios de este año, donde estuve presente usted manifestó:
“Que dejáramos de acusar a Estados Unidos por lo que hizo en el pasado en el continente y que viéramos hacia el futuro”. El futuro que hoy nos muestran al alterar su posición en el caso de Honduras y favorecer así la intervención abusiva de las castas militares en la vida cívica de nuestro Estado, (causa histórica del atraso y estancamiento de nuestros países en el Siglo XX) no es más que el ocaso de la libertad y un desprecio a la dignidad humana, es una nueva guerra contra los procesos de reformas sociales y democráticas tan necesarios en Honduras.

A continuación el texto íntegro de la carta:

Tegucigalpa, 14 de noviembre de 2009
S. E.
BARACK OBAMA
PRESIDENTE EE UU
Washington D. C.

Estimado presidente Obama:
Cuando nos reunimos por primera vez el 8 de julio con la Secretaria de Estado Clinton después del Golpe de Estado se dejó claro ante mí y ante el mundo la posición de la administración Obama de condenar el Golpe de Estado, desconocer sus autoridades y exigir el retorno del estado de derecho con la restitución al cargo de presidente electo por el pueblo.

La posición oficial de su gobierno y sus representantes que patrocinaron y firmaron las resoluciones de la ONU, OEA, en el que el tercer punto exige mi restitución inmediata y segura. A partir del 28 de junio de 2009 mi secuestro por los militares y destierro a Costa Rica.

El Congreso de la República emitió un decreto ilegal donde ordena “separar al ciudadano José Manuel Zelaya del cargo de presidente constitucional de la República” sin facultades constitucionales para hacerlo, sin el debido proceso y sin ser citado a ningún juicio.

Desde la primera reunión con la secretaria Hillary Clinton me propusieron la mediación del Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, a pesar de que considero que es contraproducente dialogar con personas que tienen un arma en sus manos, acepte considerando el auspicio de EE UU y de la comunidad internacional.

En un comunicado de fecha 4 de septiembre del presente año la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, expresaba lo siguiente: "La conclusión positiva del proceso iniciado por Arias sería la base adecuada para proceder con una elección legítima".

De todos es conocido que el Régimen de Facto sin la visita a Honduras del subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Thomas Shannon, Daniel Restrepo y Craig Kelly no hubieran firmado el acuerdo. Todos sabemos por qué se rompió el acuerdo Tegucigalpa–San José.

El propio presidente Oscar Arias en aras de la verdad declaró: “Micheletti nunca tuvo voluntad de colaborar y que por el contrario se estaba burlando de la comunidad internacional y sólo buscaba dilatar el tiempo para nunca entregar el poder a quien corresponde”.

El ex presidente Ricardo Lagos, miembro prominente de la Comisión Internacional de Verificación en sus declaraciones confirmó esto al manifestar: “El señor Micheletti lo rompió”, " Micheletti hizo cosas que no debía haber hecho como decir 'yo formaré un gobierno de unidad sin Zelaya”, lo que hizo fracasar este acuerdo negociado.

El propio día en que se instalaba en Tegucigalpa la Comisión de Verificación del acuerdo sorprendieron las declaraciones de funcionarios del Departamento de Estado donde modifican su posición e interpretan el acuerdo unilateralmente con las declaraciones siguientes “…las elecciones serían reconocidas por Estados Unidos con o sin restitución…”. El régimen de facto celebró este cambio y utilizaron estas declaraciones para sus objetivos e inmediatamente terminaron por incumplir y violar el acuerdo.

Por lo anteriormente expuesto nos manifestamos de la siguiente manera:

Que el Acuerdo Tegucigalpa/San José queda sin valor ni efecto por incumplimiento unilateral del gobierno de facto. Este fue concebido para implementarse en forma integral y simultánea, pues no se contemplaron como doce acuerdos separados, fue un solo acuerdo con doce puntos el cual tenía un solo propósito restaurar el orden democrático y la paz social y con esto se revirtiera el golpe de Estado, lo que implica el seguro retorno del Presidente de la República elegido legítimamente por voto popular. Y con esto, propiciar un clima de reconciliación nacional y un siguiente proceso electoral constitucional, limpio, con garantías de participación igualitaria y libre para todos los ciudadanos de Honduras.

Que las próximas elecciones se debían desarrollar en un marco de legalidad y respaldo internacional, especialmente de la OEA y NNUU y que fuera de esas condiciones políticas y de derechos ciudadanos mínimos para garantizar un resultado apegado a la libertad y a la transparencia.

En esto, quiero anotar que la nueva posición de los funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos esquiva el objetivo inicial del Diálogo de San José, relegando un acuerdo con el Gobierno legítimamente reconocido hacia un segundo plano y tratando de trasladar este acuerdo hacia un nuevo proceso electoral sin importar las condiciones en que se desarrolle. Entre otras, con recursos públicos están siendo autorizados por funcionarios públicos no reconocidos legalmente e imputados a un documento de Presupuesto que no ha sido autorizado por Presidente legítimamente reconocido.

En estas condiciones, este proceso, y por lo tanto sus resultados serán sujetos de impugnación y no reconocimiento; lo cual pone en grave riesgo la estabilidad futura de las relaciones entre Honduras y el resto de naciones que reconozcan sus resultados.

Como lo ha señalado el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, no existe un ambiente político para elecciones, como lo ha observado y apuntado la Congresista norteamericana Jane Sharkorky en su visita a Honduras, se observa un ambiente comprobado de violación a los derechos humanos en Honduras.

El 6 de noviembre pasado, hemos comunicado nuestra negativa a continuar con el diálogo falso, y por lo tanto al expirarse el plazo el texto constituye letra muerta que pierde vigencia porque un acuerdo se cumple en tiempo y forma, la violación de éste por el régimen de facto es para nosotros la condición que determina que el acuerdo dejó de existir.

Indudablemente se perdió tiempo precioso en este intento fallido.

La elección presidencial está actualmente prevista para la última semana de noviembre. En este caso, como Presidente Constitucional de Honduras, y como ciudadano que representa y fue elegido por voto democrático del pueblo de Honduras, me veo en la obligación de informar que bajo estas condiciones no podemos respaldarla y procederemos a impugnarlo legalmente en nombre de millares de hondureños y de cientos de candidatos que sienten que esta competencia es desigual y no se presentan las condiciones de participación en libertad.

En Honduras por la represión a que hoy está sometido el pueblo hondureño, donde no se respeta ni la más alta autoridad el Presidente de la República donde no se ha considerado que en tres años logré los mejores indicadores económicos y la más grande reducción de la pobreza de los 28 años de vida democrática, donde fui derrocado por la fuerza de las armas, nunca fui sometido a un juicio ni al proceso debido y tengo hoy 24 acusaciones y órdenes de captura por narcotráfico corrupción y terrorismo entre otros, y donde la mayor parte de los ministros de mi gabinete son objeto de persecución política y se encuentran huyendo del régimen en diferentes partes de América.

3.500 personas detenidas en cien días, más de 600 personas heridas y golpeadas en los hospitales, más de un centenar de asesinatos y una incontable cantidad de personas sometidas a torturas cometidas contra ciudadanos que se atreven a oponerse y manifestar sus ideas de libertad y justicia, en manifestaciones pacíficas, todo esto convierte las elecciones de noviembre en un ejercicio anti-democrático por estado de ilegitimidad, por la incertidumbre y la intimidación militar, para grandes sectores de nuestro pueblo.

Realizar elecciones en las que el Presidente electo por el pueblo de Honduras, a quien reconoce su Gobierno y la comunidad internacional, está prisionero, rodeado por militares en la sede diplomática de Brasil, y un presidente de facto que impusieron los militares, rodeado por los poderosos en el palacio de gobierno, será una vergüenza histórica para Honduras y una infamia para los pueblos democráticos de América.

Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de estado militar, y el estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana, a todos los hondureños es una maniobra electoral antidemocrática repudiada por grandes sectores del pueblo para encubrir los autores materiales e intelectuales del Golpe de Estado.

Las elecciones son un proceso no son sólo un día donde se va elegir, es un debate, es exposición de ideas, es igualdad de oportunidades.

En mi condición de presidente electo por el pueblo hondureño, reafirmo mi decisión que a partir de esta fecha cualquiera que fuera el caso, YO NO ACEPTO ningún acuerdo de retorno a la presidencia, para encubrir el golpe de Estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de las habitantes de nuestro país.


Sr. Presidente
En la Cumbre de Países del Continente Americano celebrada en Trinidad y Tobago a principios de este año, donde estuve presente usted manifestó:
“Que dejáramos de acusar a Estados Unidos por lo que hizo en el pasado en el continente y que viéramos hacia el futuro”. El futuro que hoy nos muestran al alterar su posición en el caso de Honduras y favorecer así la intervención abusiva de las castas militares en la vida cívica de nuestro Estado, (causa histórica del atraso y estancamiento de nuestros países en el Siglo XX) no es más que el ocaso de la libertad y un desprecio a la dignidad humana, es una nueva guerra contra los procesos de reformas sociales y democráticas tan necesarios en Honduras.

Presidente Obama
Cada vez que se derroca un Gobierno legítimamente electo en América la violencia y el terrorismo nos gana una batalla y la democracia sufre una derrota.

Todavía nos resistimos a creer que este golpe de Estado militar en ejecución en Honduras, es ya el nuevo terrorismo de Estado del Siglo XXI. Y será el futuro para América Latina que nos habló en Trinidad y Tobago.

Estamos firmes, decididos a luchar por nuestra democracia sin ocultar la verdad y cuando un pueblo se decide a luchar pacíficamente por sus ideas, no hay arma, no hay ejército ni maniobra capaz de detenerlo.

En espera de su pronta respuesta, le reitero mi más alta consideración

JOSE MANUEL ZELAYA ROSALES
Presidente de Honduras

Fuente: Tiempo

1 comentario:

Javier Trettel dijo...

Piquetero Obama re-nun-cie!

Se le cayó la caretita negra a Barak.Nos va a meter el dedito en el jujuy bien de a poco y mejor que Bush aún.

Soy la mierda oficialista

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