miércoles, 20 de enero de 2010

Intercambio de opiniones con un periodista de Clarín




A raiz de la Carta Abierta a los periodistas de Clarin que el Faro de la Comunicación envió ayer y publiqué en un post anterior, hubo un intercambio de mensajes entre dos periodistas, uno del Grupo Clarín.


Duro intercambio entre Jefe de Redacción de Clarín y el Director de EL VIGÍA

Se trata de un tal Osvaldo Pepe. A continuación su email enviado a la redacción de EL VIGÍA y nuestra inmediata respuesta.

Son patéticos muchachos. Les voy a preguntar a los muchachos de "6, en el 7 a las 8" para aprender de libertad de expresión. Al margen de esto, recuerdo haberte pedido ya en una oportunidad que no me interesa recibir tus materiales. Lo hago por segunda vez. ¿Podrías satisfacer mi pedido? Atentamente,

Osvaldo Pepe - Opepe@clarin.com

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NUESTRA RESPUESTA

Ah.... por tu email veo que sos un genuflexo del Grupo. Ya te saco de mis contactos. Para quienes bastardean mi oficio no quiero trabajar.

Si llegas a recibir otro mensaje nuestro hacémelo saber así te elimino. No te asustes. Elimino únicamente tu email, y no la VERDAD como hacen ustedes.

Suerte. Y el patético sos vos.

Dante López Foresi
Director
Periódico EL VIGÍA

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de Pepe, Osvaldo
para Diario EL VIGÍA de Avellaneda
fecha 20 de enero de 2010 00:03
asunto RE: Carta abierta a los periodistas del Grupo Clarín


El día que en el canal oficial escuche en "6, en el 7 a las 8" una voz disidente, una sola, digamos como las cartas que le publico a mi amigo Quique Masllorens en Clarín, no dejes de avisarme. Te equivocás conmigo. Y mucho. Tengo 37 años de laburo profesional. Preguntá quién soy. Soy peronista y creo que el kirchnerismo se está equivocando feo. Yo lo voté y lo defendí hasta que mostró su otra cara. No soy un genuflexo del Grupo, escribo lo que pienso, que no es lo mismo. Y no bastardeo el oficio, procuro enaltecerlo más allá de los errores que pueda cometer. Y a propósito viene bien aclarar uno: no son patéticos quienes firman ese llamado a la solicitada. Me parece patética la convocatoria. No es lo mismo y lo aclaro. Respeto a todos mis colegas, menos a los deshonestos, que los hay en cualquier lado. Me parece terrible que andemos buscando mierda entre colegas que pensamos diferente. Y entiendo a quienes lo hacen a partir de una jefatura política que todos los días denigra al periodismo y a los periodistas. Por último, me parece de mal gusto el juego de palabras con "eliminar". Nos costó mucho a los argentinos en general y a los periodistas en particular. Osvaldo.


NUESTRA ÚLTIMA RESPUESTA:

de Diario EL VIGÍA de Avellaneda
para "Pepe, Osvaldo"
fecha 20 de enero de 2010 00:14


Ya que sos un defensor de la libre expresión...¿qué hiciste cuando tus jefes censuraron a mi hermana Liliana López Foresi? ¿Y cuando echaron a Pablo Llonto, Ana Alé, etc?
Por lo que veo, seguís en el grupo, denostando colegas y llamándonos patéticos, encolumnándote bajo la falda de una ladrona de bebés y cómplice de la dictadura.

No tengo yo tampoco interés en recibir tus mensajes.

Dante

El Director de "El Vigía" de Avellaneda publicó hoy el siguiente editorial:

Periodistas y Cagatintas

Por Dante López Foresi

El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza.(...) Porque los medios de información y la difusión de ideas están gobernadas, como los precios en el mercado y son también mercaderías. La prensa nos dice todos los días que su libertad es imprescindible para el desarrollo de la sociedad humana, y nos propone sus beneficios por oposición a los sistemas que la restringen por medio del estatismo. Pero nos oculta la naturaleza de esa libertad, tan restrictiva como la del estado, aunque más hipócrita, porque le libre acceso a las fuentes de información no implica la libre discusión, ni la honesta difusión, ya que ese libre acceso se condiciona a los intereses de los grupos dominantes que dan la versión y la difunden.

Arturo Jauretche

(EL VIGÍA)- El periodismo es eminentemente un servicio social. Y cada periodista, un trabajador que presta el servicio de transmitir la palabra. Cuando la gente reconoce la labor de un periodista, generalmente le agradece "por decir la verdad". Si bien cada verdad es relativa y tiene más que ver con la subjetividad del que escribe y de quien lee o escucha, todos sabemos que existen varios condicionantes para la labor de un periodista y que el sentido común es que generalmente hace sólidos los argumentos que se esgrimen como "verdad".

Hace pocas horas, recibimos un adjetivo descalificativo por parte del Secretario de Redacción del Diario Clarín, luego de que publicáramos la Carta Abierta a los periodistas de ese grupo mediático, elaborada por Faro de la Comunicación. Osvaldo Pepe sólo se limitó a denostarnos con un lacónico "son patéticos muchachos". Luego de nuestra respuesta, reconociendo en él a un empleado genuflexo del Grupo, Pepe nos envió un segundo mensaje "explicando" que él votó a Néstor Kirchner dos veces (2003-2005) y a Cristina una vez (suponemos que en 2007) y que "luego del 28 de junio de 2009" se hizo opositor, casualmente cuando se trataba en el Congreso la Ley de Servicios Audiovisuales. Recordamos que estamos hablando del Secretario de Redacción del Gran Diario Argentino, nada menos.

Nuestra respuesta fue preguntarle qué hizo, siendo un defensor de la libre expresión como juró ser, cuando censuraron en su empresa a los periodistas Liliana López Foresi, Pablo Llonto y Ana Alé, entre otros. No obtuvimos respuesta. Pero el trasfondo de la cuestión es lo que nos preocupa. Un amigo, de absoluta buena fe, nos llamó la atención diciéndonos que "están haciéndonos pelear entre nosotros y eso le hace mal a la prensa". No coincido en absoluto.

Porque quienes bastardean el oficio construyendo mentiras y ocultamientos cotidianamente, desprestigian al conjunto de la prensa. Así como en la década del 70 y hasta 1982 despreciamos públicamente a sujetos como José Gómez Fuentes, que escupía desde la pantalla de la televisión pública que "vamos ganando" la Guerra por Malvinas y que los argentinos "somos derechos y humanos", también debemos denunciar a quienes protegen intereses corporativos malversando la palabra diariamente para socavar los cimientos de un gobierno constitucional.

No se trata de coincidir o no con el gobierno kirchnerista, ni de votar o no a tal o cual candidato, como intentó justificarse el Secretario de Redacción de Clarín, sino del modo en que los periodistas del Grupo Clarín se autocondicionan acomodando sus ideologías a las presiones cotidianas que reciben por parte de sus superiores desde la sanción de la Ley de Medios, para construir una realidad ficticia, inundada de temor, espanto, descrédito y desestabilización.


Poco importa cada tema puntual y las simpatías o no que los periodistas individualmente podamos tener con el gobierno o con Ernestina Herrera de Noble. Lo relevante, es el modo en que justificamos nuestros ingresos y acomodamos nuestros principios a las conveniencias de quienes representan otros intereses, horadando el sentido profundo que la palabra debe tener en la sociedad.

Quien firma esta nota, renunció a su relación de dependencia con Radio del Plata en 1995, poco después de que esa emisora fue comprada por el Diario La Nación y la libertad de la cual gozábamos quienes allí trabajábamos se convirtió en cenizas. Y les aseguro que se puede sobrevivir y que no existe placer mayor que elegir uno mismo desde su criterio, las noticias que debe publicar y el modo de realizar los tratamientos periodísticos, sin intereses económicos o políticos que condicionen la palabra.

Así como es deleznable la difusión oficialista sin crítica alguna, lo es más aún la transmisión insoportablemente negativa de noticias que sólo apunten a socavar la estabilidad de un gobierno constitucional únicamente para defender los intereses de grupos económicos que decidieron invertir sus fortunas en medios de comunicación.

Por eso, hacemos nuestro el pedido de Faro de la Comunicación a los periodistas de Clarín: no existe la "obediencia debida" periodística. Si aún resta algo de dignidad en sus almas, siempre tienen la posibilidad de renunciar y construir su propia fuente de trabajo, como lo hicimos la mayoría de los periodistas argentinos, con el único fin de disfrutar de nuestros aciertos y de nuestros errores cotidianos y de poder mirar a nuestros hijos a los ojos. ¡Ojo! Nadie dice que deban pensar como oficialistas, si es que son opositores por convicción. Lo que señalamos es que no son libres para desplegar sus principios, y allí radica la estafa moral cotidiana que cometen contra toda la sociedad y contra el periodismo como oficio.

Hay casos perdidos. Debemos reconocerlo. Las dignidades de hombres como Eduardo Van Der Kooy, Joaquín Morales Solá, Edgardo Alfano, Gustavo Silvestre, Marcelo Bonelli, Luis Majul, Mónica Gutiérrez o el citado Osvaldo Pepe (salvando las enormes distancias con dichos "Nobles" escribas, que él mismo no soporta)...que en paz descansen. Pero aún existen profesionales en Clarín, en el canal de De Narváez, en el Canal de Alberto Pierri, en la Televisión Pública y en cada rincón del país, que aún están a tiempo de prestar el servicio social del periodismo con convicción y coraje, sin aceptar sometimientos de ningún tipo ¿O acaso alguien piensa que los centenares de periodistas que trabajan en los medios opositores son todos antikirchneristas y actúan por convicción?

Hoy, el periodismo oficialista está a la defensiva ante tanto ataque de los monopolios, y por eso merece nuestra solidaridad y muchas veces intentamos proteger desde nuestras páginas a la imagen de la Presidente de la Nación. Y además, en muchas circunstancias lo hacemos por convicción. Nos sería mucho más sencillo y redituable ponernos en la fila de los detractores y publicar que Julio Cobos es un estadista, cuando no es más que una ameba política nacida bajo la falda de Cristina, que le está haciendo un daño irreparable a las instituciones al manosear la Vicepresidencia para construir mezquinamente su proyecto personal. Al menos esa es nuestra opinión, lo que no significa que deba ser la verdad absoluta.

Pero no nos confundamos. Nuestro lugar como periodistas no está del lado del oficialismo y menos del lado de los monopolios que, indignados por las pérdidas multimillonarias que les ocasionará la sanción de la Ley de Medios, utilizan a sus periodistas para crear un clima de desánimo, temor y mal humor en la sociedad. Nuestro lugar está del lado de la verdad construida desde la buena fe. Aunque nos equivoquemos en nuestros juicios de valor. La relativa verdad por la que tantos argentinos dejaron la vida, incluido Rodolfo Walsh.

1 comentario:

gem dijo...

Muy buena respuesta, hay 1 solo programa que repudia estas actitudes es 6-7-8 y desde hace unos 15 días estan atacando, no hay programas donde los ciudadanos comunes tengamos la oportunidad comparar las noticias, como el común de la gente es necesario que nos recuerden día a día lo q se dijo y lo que se dice.
Muchas gracias por esta carta abierta, y su cruce.

Soy la mierda oficialista

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